Entre suaves colinas verdes y el vaivén del Cantábrico, Mogro se alza como un pequeño secreto bien guardado en la costa de Cantabria. Es un lugar para sentir. Para respirar hondo. Para reconectar con lo esencial.
Mogro no necesita monumentos grandilocuentes para conquistar al visitante. Lo hace con su luz suave, con el ir y venir del agua, con su aire limpio y con la sensación de que allí, por fin, puedes parar, mirar y respirar.
Esta encantadora localidad costera situada en el municipio de Miengo, es un lugar para detenerse, mirar alrededor y descubrir cómo la naturaleza y la calma se dan la mano para crear paisajes que inspiran.
uno de los paisajes más mágicos y cambiantes de Cantabria. Este rincón, donde el agua dulce y salada se funden en un delicado equilibrio, es mucho más que un accidente geográfico. Es un espectáculo natural que se transforma con la marea, con la luz y con las estaciones.
Un arenal tranquilo junto a la ría de Mogro y frente al Parque Natural de las Dunas de Liencres. Ideal para disfrutar de un día de sol, bañarse con seguridad o simplemente pasear por la orilla durante la bajamar. Aquí el agua se convierte en espejo de montañas y cielo.
Una experiencia para los sentidos. Se encuentra justo enfrente, al otro lado de la ría, y es una visita imprescindible. Puedes acceder fácilmente y caminar por sus senderos entre pinos, dunas móviles y playas salvajes.
Gracias a su buena comunicación (tiene estación de tren FEVE), Mogro es un excelente punto de partida para visitar lugares espectaculares en Cantabria.
Un arenal tranquilo junto a la ría de Mogro y frente al Parque Natural de las Dunas de Liencres. Ideal para disfrutar de un día de sol, bañarse con seguridad (gracias a su ubicación protegida) o simplemente pasear por la orilla durante la bajamar.
Este rincón detenido en el tiempo, en el corazón de Cantabria, parece una novela medieval escrita con piedra, hiedra y silencio. A muy pocos pasos de la villa se encuentra uno de los tesoros más valiosos de la humanidad: la Cueva de Altamira.
Entre montañas verdes y formaciones kársticas de belleza salvaje, se extiende este espacio único donde la fauna y el paisaje se funden en perfecta armonía.
En el corazón de los Picos de Europa cántabros, es uno de esos rincones que no solo se visitan: se sienten. Allí, rodeado de montañas que se alzan como catedrales de piedra, el tiempo parece detenerse para dejar paso a la inmensidad.
Aquí, donde la tierra se rinde al Cantábrico y las cumbres nevadas de los Picos de Europa vigilan desde el horizonte, se encuentra un pueblo que huele a sal, a historia y a autenticidad.
Considerada una de las bahías más bellas del mundo, la Bahía de Santander es el alma de la ciudad. Desde los jardines de Pereda hasta el moderno Centro Botín, cada paso junto al paseo marítimo regala una postal diferente.
Mogro no solo es un rincón de tranquilidad y paisajes serenos. También es un escenario perfecto para quienes buscan turismo activo, aire puro y emociones al ritmo de la naturaleza. Situado entre la ría del Pas, la playa y los verdes montes de Cantabria, este pequeño pueblo costero ofrece una amplia variedad de actividades al aire libre que harán las delicias de aventureros, familias y deportistas.
Los alrededores de Mogro están surcados por senderos y caminos rurales que conectan con la costa, el bosque y las marismas. Son recorridos accesibles, ideales tanto para senderistas tranquilos como para ciclistas que quieran pedalear con el Cantábrico al fondo.
Imagina cabalgar a lomos de un caballo bien entrenado, con la brisa del Cantábrico en el rostro y la vista de la playa de Valdearenas y Mogro como telón de fondo. En Robayera, los paseos a caballo recorren senderos que atraviesan pinos y dunas; escuchas el crujir de la arena bajo los cascos mientras el mar acompaña cada paso
A solo unos minutos se encuentra la famosa Playa de Valdearenas, dentro del Parque Natural de Liencres, uno de los destinos preferidos por los amantes del surf en el norte de España. Para los más noveles, la Playa de Usil, es un buen punto de partida para iniciarse en las olas con seguridad.
Parada obligada para quienes viajan por la costa y buscan algo más que paisajes. Situado junto al camping de Noja se esconde un rincón. No es solo un circuito es una experiencia, un juego entre el rugido del motor y la precisión de cada curva. Aquí no solo se admira el entorno: se siente a toda velocidad.
Construida a principios del siglo XX, esta casona montañesa tradicional conserva intacta su esencia arquitectónica con una elegante solana, un amplio soportal y una estructura robusta típica de las casas señoriales cántabras.
Cada habitación ha sido diseñada de forma única, con una decoración cuidada y exclusiva que combina elegancia, calidez y detalles que invitan al descanso. El confort está garantizado gracias a sus 3 baños completos y 2 aseos.
Su encanto tradicional, sus espacios amplios y su atmósfera acogedora convierten la Solana de Mogro en el lugar ideal para todo tipo de celebraciones: bodas íntimas, bautizos, comuniones o reuniones familiares llenas de emoción y significado.